jueves, 9 de agosto de 2018

Equilibrio

Hay canciones que hablan de ti aunque no las hayamos escuchado juntos. Supongo que será cuestión de tiempo que dejes de ser el protagonista de las historias de mi vida y de las letras de las canciones.

Hace ya tres meses que no dormimos juntos. Yo no he podido dormir con nadie aún. Cosas mías, como siempre, ¿no? Por un lado parece que ha pasado una eternidad y tengo la sensación de haber vivido más cosas en estos meses que en los últimos tres años. Pero al mismo tiempo hace muy poco desde que salimos a pasear y tomar una Coca-Cola Zero grande cuando salías del trabajo, a dar una vuelta por el barrio Salamanca por la noche mientras nos quejábamos hasta del aire que respirábamos como dos señores malhumorados, de que intentase hacerte cosquillas en la tripa poniendo voz de tonto y de que nos enfadásemos por tus monstruos y mis videos.

Esa era la parte bonita de la relación, en la que me gusta pensar, la que echo de menos y la que intento asociar a mi recuerdo de ti. Pero hay otra parte en la que también pienso a veces, de la que me siento liberado por haber dejado atrás y que no puedo olvidar. Es la única de la que me hablan mis amigos cuando sales en la conversación, la que llenó de oscuridad mis días y la que casi consigue acabar con mis sueños.

A veces una pesa más que otra, supongo que esto también será cuestión de tiempo hasta encontrar un punto intermedio entre el amor y el odio, en algún lugar cerca de la indiferencia.