domingo, 22 de agosto de 2010

Parisienne


Su perfume le volvía loco, podría reconocerla por su aroma aunque perdiese la vista. Era, sin duda, su seña de identidad que pocos conocían, sólo unos pocos privilegiados.
Ahora él teme pasar por una perfumería por miedo a perder la razón, por miedo a que entre todas las fragancias que enrarecen el aire de esos establecimientos la encuentre a ella, flotando, convertida en moléculas de almizcle y vetiver, dispuesta a pasearse ante él, indiferente, como una desconocida.

Por su parte, ella cada mañana se perfuma levemente, como a él le gustaba, con la intención de que la encontrase de nuevo, como si el aroma fuese a sustituir a las palabras, en algún encuentro casual de los que se ven todos los días en las películas, pero que nunca ves en tu vida diaria.

Ambos se desean, ambos se echan de menos, no pueden si no hacerse notar con pequeños detalles que sólo ellos conocen, con la esperanza de reencontrarse y no perderse nunca más. Los dos sueñan con ser eternos juntos, vivir sus sueños, y, sobre todo, seguir soñando.

lunes, 9 de agosto de 2010

Todo lo que pudo llegar a ser y no fue. Todo lo que puede pasar y no pasa.


La mejor opción es el olvido, también la más difícil. Sinceramente, por mucho que uno quiera olvidar no sirve de nada, es el tiempo el que decide cómo y cuándo olvidar, cómo y cuándo cerrar un capítulo de la vida para abrir otro. Es el tiempo quien pasa de una página garabateada a una página en blanco en la que escribir sin tachones, confiando en haber aprendido de los errores pasados.

lunes, 2 de agosto de 2010

Maslow


A.H.Maslow clasificó las necesidades humanas en cinco niveles que se han de satisfacer progresivamente. Estas necesidades constituyen una fuente de motivación que desaparece a medida que se van satisfaciendo. Maslow representó estas necesidades en forma de pirámide:
-Primero encontramos la necesidades fisiológicas. El individuo cree que si tiene la comida garantizada para el resto de su vida será feliz sin necesitar nada más.
-Cuando estas necesidades están satisfechas, aparecen las necesidades de seguridad, para consolidar lo que se ha obtenido hasta ahora.
-Las necesidades sociales o de estatus agrupan las necesidades de amor y afecto y de sentirse aceptado por la comunidad.
- Después aparecen las necesidades de la propia estima: confianza en uno mismo, prestigio, ser valorado...
- Por último, cuando el individuo ha satisfecho las necesidades anteriores, llega el nivel más alto de la pirámide, las necesidades de autorrealización. Para Maslow esto significa el deseo de ser más y llegar hasta donde la persona sea capaz.


Ahora mismo yo no sé muy bien en qué parte de esta pirámide me encuentro, pero si tuviese que elegir, diría que en el cuarto nivel. Puede que me falte confianza en mi mismo, tal vez por esa manía de tenerlo todo controlado. Pero poco puedo hacer, no hay opción a un plan B, ya es tarde para arrepentirse de lo que sea. Ahora sólo hace falta afrontar los retos que se presentan. Y eso es lo que me preocupa.
En los últimos días las dudas no hacen más que crecer y escasean las respuestas a los interrogantes, pero estas son las consecuencias del paso del tiempo, que tenemos que tomar decisiones por nosotros mismos y corremos el riesgo de equivocarnos.
Sinceramente, yo odio equivocarme, odio no tener razón en cosas que considero trascendentales. Por eso necesito llegar a la cúspide de la pirámide de Maslow, necesito dar lo mejor de mi mismo para evitar fallar y por tanto, demostrarme que no me he equivocado.