miércoles, 9 de mayo de 2018

Despertar



Siempre sueño pero no suelo recordar nada cuando me despierto. Pero desde hace dos semanas sueño cada noche y recuerdo cada momento. Siempre estás tú. También estoy yo. Normalmente estamos en el sofá, abrazados. Como nos gustaba estar. Al menos a mí. Nos abrazamos y nos decimos que sí, que esta vez sí, que ahora va a estar todo bien. Nos abrazamos y nos queremos. Solos tú y yo. Pero no. Abro los ojos y no estoy en el sofá. Abro los ojos y estoy en una cama que me es extraña. Estoy solo, me falta la mitad de mi vida, me falta el vacío que siento por dentro desde que te fuiste. Abro los ojos y nada está bien. Tú no estás. No ha habido abrazo. No ha habido nada. Cada mañana miro el móvil esperando un mensaje. Esperando que eso que me has dicho en sueños lo hayas escrito y me lo hayas enviado. Pero no. Tampoco hay nada. Bueno, sí hay cosas: notificaciones y mensajes que me dan igual porque sólo espero uno. Ese que no llega. Al igual que el abrazo que en lo más profundo de mi ser temo que nunca más se vuelva a producir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario